Basado en la vida real / Iván Toriz



I
Mis dedos son los que te van buscando
cuando camino en la línea recta.
Pego con la pared y el golpe es duro,
cómo me duele tu nombre y la frente,
Eres como una espina difícil de sacar
que si se mueve sangra y si no se mueve punza;
das tanta lata y provocas tanto daño.

II
Hago trizas esa superstición
de quien rompe un espejo
tiene siete años de mala suerte;
pero si me chupaste todo el aliento
bajo tu hechizo de bruja
y mi alma entre tus piernas.
Deseo que me arrastren al infierno,
Sería el mejor tributo a tu altar.


III

Fuerzo a mi memoria
para encontrar en la almohada
el PH de tu sudor
o tener la suerte
de encontrar tu cabello
escondido entre las sábanas;
algo que sea suficiente para clonarte.
Si lograra tener una réplica tuya
haría lo correcto para que me amaras:
acoger su cuerpo como confidente
recuperar esa absurda inspiración
cuando con tu desnudez
alzabas el estandarte
de la mujer que colonizó mi cama
mezclada con la asunción
de tenerte entre mis brazos
y sentirme infinito.



Nínfula

Eres como una Diosa;
ojos de fuego,
labios sobrenaturales
que son capaces de
levantar dunas en mi cama
y que las flores broten en pleno invierno.
Tienes una sonrisa exquisita;
cuerpo de sirena,
ocho lunares a la vista,
y piel de universo,
asemejas a un poema;
pero no cualquiera, sino
aquél con el que ganaría cualquier concurso.

Nínfula que existes,
es fascinante el largo de tu cabello
hay armonía entre lo majestuoso de tu altura
y ese perfume que te anuncia cuando vienes;
que me pones a ladrar,
 a las moscas a llorar y cantar a los perros.


Poema basado en la vida real

Mi ex novia se enamoró de su sobrino,
y tuvo suerte por ser atea,
por aquello de pecar,
y por el contrario cuento mis pecados con una sola mano,
no sé cómo escribirle y borrar el día
y  respirar con mis pulmones como antes,
pero ella vuelve de su peregrinación carnal
y la recibo siempre con flores y tributos;
como se recibe al cáliz: silencioso y con fe.
“La hija pródiga ha regresado”
¿y cómo decirle que no?
Ella es la raíz de  esta adicción
si ella está parada en los mis azulejos
y camina valiente hacia a mí,
para desear que esta vez se quede para siempre.
Ella es de acero y yo de papel,
piedra, papel o tijera:
estoy a dos de tirar la primera piedra.




Ángel Iván Muñoz Toriz (Ciudad de México, 1997). Poeta en formación. Cursó el taller de Redacción Creativa en el museo de la Ciudad de Querétaro. Ha publicado en la Revista “Mira periodismo comprometido” (2014). Cursó el diplomado en lengua y redacción y otro de Historia de la Literatura por parte de la Escuela Libre de Escritores. En la actualidad es estudiante de la Licenciatura en Historia en la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Querétaro.